La intimidad verdadera no se improvisa. A menudo se confunde con la intimidad puramente sexual, que puede ser más rápida. La intimidad que involucra, los afectos, los pensamientos y los sentimientos, requiere de diversos factores que permitirán que surjan, se desarrolle y se mantenga.

  1. Confianza

                La confianza se va adquiriendo poco a poco. Es una planta bastante delicada, que hay que regar; pero que cuando crece produce un gran bienestar.  La lealtad y el respeto son el fundamento de la confianza.

  • Sinceridad

                            Lo oculto tarde o temprano se acaba descubriendo y puede que dañe. Es posible que algo no resulte agradable; pero siempre es preferible la nobleza al engaño, sin olvidar que sinceridad no significa brutalidad. Sus sentimientos uno puede y debe expresarlos sin reservas, pero siempre con respeto y cariño.

  • Libertad

                       La confianza mutua genera un ambiente de libertad. Nadie puede ser dueño y señor de nadie.

  • Tiempo

               No existe la “intimidad instantánea”.  La aceptación y la confianza requieren tiempo, y la máxima sinceridad. Afortunadamente el tiempo es un gran aliado en la formación de los afectos, así como la revalorización del amor en toda pareja bien predispuesta

FUENTE  SIN RESERVA.  EL ARTE DE COMUNICARSE

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