HISTORIA DE LA IGLESIA CONGREGACIÓN CRISTIANA, INC.
La Congregación Cristiana surge de la voluntad expresa de Dios, con una visión amplia y
evangelística, que se ha desarrollado desde sus inicios de diferentes formas. Comenzó de manera
orgánica en una casa, con un estudio bíblico impartido una vez por semana.
Dios, en su soberanía, sabiduría y presciencia, escoge a una mujer virtuosa llamada Vilma Belliard
de Rojas, cuyo corazón fue inquietado por el Espíritu Santo para el conocimiento de la verdad.
De esta manera, nacería una congregación cuya visión y propósito serían muy claros y procederían
del mismo corazón de Aquel que la formó: Un pueblo que le adorara y proclamara que Jesucristo
es el Señor. Un pueblo que caminara en la Palabra no adulterada y entendido de la gracia de Dios
que es en Cristo, muy lejos de la idolatría y el legalismo.
En el año 1975, Vilma aceptó a nuestro Señor Jesucristo como su único Salvador, fue bautizada
en el Espíritu Santo, recibiendo —por la gracia, el amor y la misericordia de Dios— dones
espirituales y, posteriormente, un llamado a enseñar su bendita Palabra.
El Señor se encargó de relacionarla con otros ministros de Dios, así como con creyentes piadosos,
quienes compartieron sus conocimientos y contribuyeron al desarrollo de su vida espiritual y a la
confirmación de su llamado. Estos vinieron a ser sus maestros, como señala el libro de los Hechos
18:26: “Expusieron más exactamente el camino de Dios.”
Después de cuatro años, entre oraciones, ayunos y confrontaciones bíblicas con los dogmas
tradicionales, tuvo otra revelación, precisamente leyendo el evangelio de Juan 7:38, que señala:
“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.” En ese
momento deseó ardientemente que ese fluir del Espíritu Santo ocurriera en su vida.
En octubre de 1979, se convierte plenamente a Jesucristo y fue bautizada en agua. Ya libre de
todas las ataduras religiosas y sin el velo de la tradición y la ignorancia, comenzó a estudiar más
profundamente la Palabra y a entender los profundos misterios insertos en ella, como está escrito
en 2 Corintios 3:16-17: “Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el Señor
es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.”
En mayo de 1981 inició con un estudio bíblico en su casa en horas de la tarde, y el 2 de mayo
de 1982 se abrió otro grupo por la mañana, donde, junto a un amado hermano, se alternaban
para impartir los estudios. Posteriormente, y siempre los martes, empezaron otro grupo por la
noche. Algunos de los integrantes de estos grupos comenzaron a sentir la necesidad de reunirse
también los domingos, para alabar al Señor y contar las maravillas que Él hacía entre ellos. ¡Cuán
lejos estábamos de imaginar que el Señor ya había empezado a formar una iglesia con esas 17
personas!
Durante esos años de inicio, la pastora Vilma oraba por la conversión de su esposo, el Dr. Lucas
Rojas, con quien ya había procreado cuatro hijos. Fue entonces cuando, una noche de noviembre
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de 1982, el Dr. Lucas Rojas se convierte a Cristo. El Señor se le muestra en una visión dejándole
ver sus pies.
Luego se evidenció que el Señor le había impartido el don de sanidad: la gente era
sanada y caía bajo el poder del Espíritu cuando él las tocaba.
Meses después de este encuentro con Dios, el pastor José Serrano profetiza al Dr. Lucas su
llamado a ser pastor y apacentar la grey del Señor.
De las 17 personas que comenzaron a reunirse en 1982, pronto pasaron a ser más de 90. Luego
comenzaron a reunirse en la casa de otro hermano y ya eran unos 120 creyentes. Posteriormente,
consiguieron un lugar prestado que también quedó pequeño rápidamente, y terminaron
alquilando la tercera planta de un edificio donde antes funcionaba un centro médico privado. Este
también, al cabo de un tiempo, resultó pequeño, pues ya se reunían alrededor de 200 personas
todos los domingos. La Palabra nos dice en Hechos 2:47: “Y el Señor añadía cada día a la iglesia
los que habían de ser salvos.”

Se vieron en la necesidad de adquirir un local propio y más amplio. Con este propósito, iniciaron
un proceso de oración, recibiendo el respaldo de su feligresía. Finalmente, compraron una
propiedad que estaba en total desuso y abandono, la cual remodelaron y en donde actualmente
se celebra sus Servicios y están abiertas sus oficinas.
Luego de varios días de ayuno y oración, pidiendo al Señor que les revelara el nombre que los
representaría, se les indicó llamarse Congregación Cristiana, porque “Congregación” es la reunión
o convocatoria que Dios hace a su pueblo para que se reúnan a gozarse en su santa presencia.
Dios congrega, reúne, junta y agrupa a sus escogidos con el propósito santo de que le adoren y
sean edificados mutuamente.
Así fue como la Congregación Cristiana fue incorporada legalmente en julio de 1984, mediante
el Decreto No. 2104.
En agosto del 2007, en el marco del Congreso Internacional de Líderes celebrado en la
Congregación, el Señor le indica al Apóstol Lucas Rojas ungir y confirmar en el oficio apostólico
al pastor Yasser Rivas, quien en ese momento pastoreaba la Congregación Cristiana en Nueva
York. Estaba en los propósitos eternos del Padre llenar de gracia y capacitar a su hijo para
continuar la obra y propósito de Dios con esta Congregación.
Luego del fallecimiento del pastor Lucas Rojas, en octubre de 2008, y habiendo recibido la
confirmación y guianza del Espíritu Santo, el Consejo de Ancianos de la Congregación confirma al
Apóstol Yasser Rivas como Apóstol y Pastor Principal de esta casa de fe.
El Apóstol Yasser, junto a su esposa Vilma María, ejerce un liderazgo y pastorado ejemplar: un
hijo de Dios fiel, esforzado, humilde, dispuesto a hacer en todo tiempo la perfecta voluntad de
Dios para su vida, y sirviendo con integridad y amor. Capacitado por Dios con gran sabiduría y
gracia para la ejecución de su llamado y asignación, que no solo incluye la iglesia local, sino
también la edificación del cuerpo de Cristo en todo el mundo.

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Hoy en día, estamos conectados —por el Señor— con una familia global de ministerios, dirigida
por los apóstoles Tamo y Mirolyn Naidoo, quienes están radicados en Sudáfrica.
Contamos no solo con una gran familia global, sino también con iglesias relacionadas en nuestra
ciudad, en diferentes ciudades de la República Dominicana, y en otras naciones y continentes.
Actualmente, esta casa apostólica cuenta con un eficiente equipo pastoral compuesto por
ministros competentes de Su gracia.
Han sido muchos los hombres y mujeres que, en estas más de tres décadas, han sido instrumentos
usados por Dios para la edificación de esta casa apostólica. Algunos están presentes, y otros ya
no.
La Congregación Cristiana no es obra de hombres; aún nos falta mucho por ver, hacer y aprender.
Cada día somos testigos del poder salvador y restaurador de Jesucristo, por medio de Su Santo
Espíritu.
Una iglesia local con todos estos años dando fruto no surge porque alguien lo decida o planifique.
Tenemos la seguridad de que nuestro Señor Jesucristo ha estado fielmente presente y guiando
cada paso, cada detalle. Sobre todo, ha estado, está y estará en la verdad de la pureza de la
enseñanza de la Palabra de Dios, porque Congregación Cristiana es un ministerio cristocéntrico,
donde Cristo es el centro de toda enseñanza.
1 Corintios 3:5-9: “¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales
habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el
crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da
el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su
recompensa conforme a su labo