El dominio Propio
Pastora Vilma de Rojas
El dominio propio es una forma de vida, que gracias al Espíritu Santo, permite al cristiano ser comedido en todas las cosas porque no deja que sus deseos dominen su vida.
Alguien en quien aparezca este fruto espiritual, todos los aspectos de su vida se encuentran bajo el dominio del Espíritu Santo, significa que su vida se caracteriza por ser disciplinada.
La palabra griega para dominio propio (dominio de sí mismo ) procede de la raíz que quiere decir: “agarrar o aferrarse a”, describe la fortaleza de la persona que se apodera de si mismo, y es capaz de controlarse totalmente.
El dominio propio o templanza desarrolla en el cristiano un carácter fuerte que le permite enfrentar solo con la ayuda de Dios cualquier tipo de dificultad. Es el valor y la habilidad para mantenerse en pie en medio de la crisis.
Las escrituras ensenan sobre la templanza de distintas áreas de nuestras vidas:
Sobre la mente: 2nda Corintios 10:3-5 nos aconseja llevar cautivo (tomar control) de todo pensamiento que se levanta en contra del conocimiento de Dios.
Sobre la lengua: Proverbios 13:3 “El que guarda su boca guarda su alma; mas el que mucho abre sus labios tendrá calamidad”. Aquel que logre domar su lengua tendrá un buen trecho ganado.
Sobre el temperamento: Proverbios 25:28 “El perder los estribos desprotege al creyente y abre puertas a otros espíritus”. Consejo sabio. Eclesiastés 10:4.
Sobre los apetitos carnales: Proverbios 23:1-2, control sobre la comida y la bebida. Proverbios 23:31
El dominio propio se consigue a través de la dependencia de Dios cuando nos vemos sometidos a tensiones que muchas veces nos aparecen inaguantables.
Dios nos aplica disciplina en todos los aspectos de nuestra vida comienza con cosas insignificantes y continua en cosas de mayor envergadura. Estas disciplinas incluyen: la oración, el estudio de la