Los árbitros de la pelota criolla pasan la prueba y se abren paso en Estados Unidos

Son empleados informales de pagos magros en un negocio millonario, tienen autoridad para influir en el ánimo de millones se seguidores a quienes poco les importan y su trabajo suele pasar inadvertido, aunque nunca salen de la diana. Están expuestos a humillaciones, frecuentes acusaciones infundadas, falta de respeto desde el terreno hasta las gradas y su seguridad peligra en cada juego. Rara vez tienen algo que decir a los medios.
Desde que la pelota dominicana estrenó las luces del Quisqueya (1955-56) y el otoño-invierno como temporada requirió de árbitros estadounidenses.
Pero la Lidom lleva 15 años coqueteando con quitarse la carga económica que representa la importación de ese recurso humano y el experimento más reciente navegaba sin contratiempos hasta que el round robin ha apretado y hay que buscar responsables por derrotas definidas por pulgadas.
FUENTE DIARIO LIBRE