El gobierno británico ha anunciado que está abandonando el plan de registrarse e inspeccionar las actividades después de la escuela que proporcionan más entre 6 y 8 horas de enseñanza por semana. «La decisión es un paso importante para proteger la libertad religiosa», dijo la Alianza Evangélica del Reino Unido (EAUK, por sus siglas en inglés) en un comunicado. «La libertad religiosa es la prueba de fuego para una sociedad libre. El gobierno tiene razón al ver que las iglesias y las actividades que proporcionan son una fuerza positiva para la sociedad y no una amenaza que debe ser regulada», defiende la entidad, que representa dos millones de evangélicos en el país.
La Alianza «acoge con satisfacción la respuesta del gobierno y la intención de utilizar los poderes existentes para abordar las preocupaciones importantes en torno a la protección y la salud y la seguridad, asegurando que los niños estén protegidos y atendidos». El riesgo de amenazar las «libertades civiles mediante la creación de un nuevo régimen de inspección regulatoria» habría causado serias preocupaciones entre los cristianos. El director de defensa de la Alianza, David Landrum, explicó que, como se esperaba, «el informe muestra cuán fuertes se sienten los grupos de fe, los padres y otros sobre las propuestas para registrar y regular los entornos extracurriculares». Landrum también dice que las propuestas iniciales planeadas hace dos años para monitorear mejor a las iglesias y otras organizaciones que trabajan con niños eran «un ejemplo clásico de analfabetismo religioso». «El cristianismo ha sido una fuerza increíble para el bien en la sociedad británica, y continúa siéndolo». En este sentido, Landrum considera que «esperamos trabajar con el gobierno para enfrentar la radicalización y el extremismo violento, especialmente a través del papel que las iglesias locales pueden desempeñar en la construcción de comunidades más fuertes».
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