El principio físico de los discos magnéticos es idéntico al de la grabación en cinta, aunque ésta es analógica. La señal eléctrica que representa la información (el flujo de bits) se aplica a una cabeza magnética, muy cerca del cual se desliza el soporte (disco o cinta). El campo magnético generado por la cabeza de acuerdo con la señal produce una reorientación de las partículas de la superficie por lo que queda magnetizada.
Como se ha dicho este principio puede utilizarse tanto para la cinta como para el disco. La ventaja fundamental del disco es que permite un acceso aleatorio (o sea, no secuencial) a los datos, porque la cabeza puede llegar directamente a cualquier punto del disco.
Grandes dimensiones, notable velocidad en la carrera, un total de incapacidad de volar y costumbres gregarias son las características que tienen en común las tres distintas de aves (pero todas pertenecientes al grupo de las ratites) que ven en las praderas del mundo. Se trata del Avestruz de África, de los ñandú de Sudamérica y del emú de Australia.
Con una altura que alcanza los dos metros y medio y un peso que supera los 70 kg, el Avestruz es el gigante de las aves. Tiene el tronco robusto y sus patas largas, musculosas y robustísima y tienen solo dos dedos, al interior más largo que el otro. Las alas son muy reducidas y carecen de plumas aptas para el vuelo: en el macho sustituyen a estas grandes plumas ornamentales, blancas mullidas, similares a la timonera de la cola.
La cabeza pequeña en relación con el cuerpo y el larguísimo cuello.
El área de distribución del ñandú común se ha reducido a causa de la caza y de la extensión de la agricultura. Aunque existen poblaciones residuales en un amplio territorio que se extiende desde el Brasil hasta la Patagonia, hoy su único bastión importante son las pampas argentinas, inmensas praderas desprovistas de árboles donde su velocidad a la carrera los defiende más fácilmente del ataque de cazadores y animales depredadores. Vive asociado en grupos cuyo número pueden alcanzar los 1000 individuos y se nutren de plantas herbáceas y de insectos.
En el continente australiano se encuentran bandadas de grandes aves pero que son óptimas andadoras y corredoras: se llaman Emús. Si se observan de lejos no parecen muy distintos a los avestruces y por eso se les dio el nombre de avestruces de Australia.
Desde la antigüedad una de las máximas aspiraciones del hombre ha sido efectuar un viaje a la Luna. Ya en el siglo II D.C., Luciano, de Samosata soñaba con alcanzar la Luna a bordo de una nave impulsada por una turbina. También el propio astrónomo Johannes Kepler, imaginaba que llegaba a la Luna y volvía a la Tierra conducido por complacientes demonios. Francis Godwin, fantaseaba con efectuar el viaje a boren do de una almadía tirada por cisnes. Allan Poe imagina que emprende este viaje en un globo inflado por un gas misterioso 40 veces menos denso que el hidrógeno. En los umbrales de la ciencia ficción Jules Verne, en su novela De la Tierra a la Luna, describe el lanzamiento de una cápsula espacial dirigida hacia la Luna recurriendo a una bala de cañón capaz de impulsar la intrépida capa del espacio.
El problema de los viajes a la Luna dejó de plantearse en la fantasía de los escritores para pasar a resolverse en los laboratorios de los científicos y de los técnicos.
En septiembre de 1959, la cápsula soviética Lunik 2 llegó a la superficie de la Luna. El 4 de octubre siguiente otra cápsula soviética, la Lunik 3, logró efectuar una circunnavegación parcial del satélite, transmitiendo a la Tierra imágenes fotográficas de la cara oculta de la Luna.
Cuando la radiación cósmica llega sin ningún obstáculo a la superficie lunar, debajo de ésta da origen a diversas reacciones químicas que conducen a la formación de gases nobles, como el isótopo 3 de helio, el neón 21 y el argón 38.
Pero en la Luna no se registran fenómenos duraderos similares a los que se producen en la Tierra. Sin embargo el de noviembre de 1958, en un observatorio de Crimea, Kozyrev, el astrónomo soviético pudo asistir a un fenómeno análogo a una erupción cerca del pico central del cráter Alphonsus . El hecho produjo un gran revuelo en el mundo científico, porque se trataba del primer y único cambio observado en la superficie lunar. Después de as observaciones de Kozyrev se han recogido otros datos que podrían demostrar la existencia de fenómenos de poca duración llamados fenómenos lunares fugaces.
Un relato jasídico cuenta de un hombre queda y recoge difamaba al rabino de su comunidad y propagaba maliciosas mentiras sobre él. Un día sintió remordimientos por lo que hacía y visitó al rabino para pedirle perdón. Le señaló que estaba dispuesto a hacer lo necesario para compensar el mal que había causado. El Rabí le dijo que tomara varias almohadas de plumas de su hogar, la cortara y que esparciera las plumas al viento. Aunque era un pedido extraño por parte del rabino, fue relativamente simple el ejecutarlo.
Cuando hizo lo que se le pidió, regresó para informar al rabino. “Ahora”, dijo el rabino, “anda y recoge todas las plumas. Porque a pesar de tus remordimientos obviamente sinceros y de tu voluntad para reparar el mal que has hecho, es tan imposible reparar el daño causado por tus palabras, como lo es recuperar todas las plumas desparramadas por el viento”.
La persona que sin protestar escucha a una lengua viperina, tiene un carácter moral de más bajo calibre que el dueño de la mala lengua. Sino fuera por lo que están dispuesto a escuchar no se causaría ningún daño.
Está prohibido tomar venganza. Esto constituye una violación al mandamiento de la TORAH: “No te vengarás”. “Si alguien está poseído por un poderoso deseo de venganza, debe tratar de acrecentar sus propias cualidades buenas. “Ha de dejar que esa sea su venganza” -agregaron- “ya que seguramente su enemigo se sentirá molesto escuchando como son ensalzadas sus virtudes y su buen nombre es propagado.
Francisco del Rosario Sánchez, durante su juventud, formó parte de la corriente política nacionalista, progresista y revolucionario, junto a Duarte y Mella.
Ocupó importantes cargos públicos como abogado, defensor público, fiscal y miembro prominente encargado en dos ocasiones del Poder Ejecutivo; tuvo la tarea junto al conservador Tomás Bobadilla de haber redactado el Manifiesto el 16 de enero de 1844, esa acción impidió que Buenaventura Báez cediera y materializara la bahía de Samaná a Francia a cambio de un protectorado; su apego nacionalista y hombre de acción revolucionaria, lo condujo a encabezar una expedición armada desde Haití contra la anexión del país a España, este acontecimiento lo convierte en mártir en pro de la defensa de la soberanía nacional.
La meteorología es la ciencia que estudia la porción inferior de la atmósfera, que comprende la troposfera y la estratosfera, donde ocurren los fenómenos que regulan la transformación del tiempo.
Básicamente, esta ciencia se ocupa de la física, la química y de los movimientos de la baja atmósfera, de igual la forma la efectiva interacción entre las aguas y las tierras emergidas.
Tiempo atmosférico: Resultado de una seri de factores que provocan una situación climática en determinado instante en una cierta región de la superficie terrestre.
La radiación solar: El Sol emite una enorme cantidad de energía, bajo la forma de radiación electromagnética con longitud de onda muy variable desde las ondas de radio hasta los rayos x y los rayos gamma.
La insolación: con el término insolación se indica la cantidad de energía solar que incide en una parte de la superficie terrestre.
La atmósfera que rodea el Sol, la corona solar, generalmente no puede verse desde la Tierra porque es cerca de u millón de veces más débil que la foto esfera. Esta es la razón por la que queda oculta por el cielo azul normal. En el pasado la corona solo se observaba solamente en los eclipses totales de Sol. Durante tal fenómeno se podía advertir una luz plateada que rodeaba el negro disco lunar. Ya en el Siglo XVIII se analizó espectroscópicamente la corona, pero solo hasta 1950 se lograron resultados significativos sobre sus emisiones. El fenómeno podía deberse solo a una altísima temperatura, superior al millón de grados Kelvin. A causa de la alta energía térmica desarrollada, ni siquiera el enorme campo gravitacional consigue retener la corona en forma de una verdadera atmósfera; por ello, el gas huye del Sol, a una velocidad muy elevada y llena el espacio interplanetario. Este flujo de partículas, formada en su mayoría por protones y electrones, así como por una cantidad inferior de partículas alfa (núcleos de helio), es el viento solar.
El viento solar sale del Sol con un movimiento absolutamente irregular en términos de densidad, temperatura, y velocidad. La densidad de este gas ionizado disminuye gradualmente al aumentar la distancia al Sol.
De la misma manera también su temperatura cambia. Al expandirse, el viento solar se enfría, tanto que al llegar a las proximidades de órbita terrestre su temperatura pasa de un millón de grado Kelvin a 100. 000 grados Kelvin.
Las corrientes de viento solar se han observado casi exclusivamente desde las cercanías de la Tierra.
Para la realización de un mapa sea geográfico, topográfico o temático, los cartógrafos tienen que seguir unas reglas muy precisas, es decir, deben ir a través de diferentes fases operativas que se pueden resumir en: trasladar la superficie terrestre (esférica o elipsoidal) y realizar el trazado de las características físicas.
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La cartografía de detalles determinados para los mapas temáticos, el diseño y el grafismo se obtienen luego de haber elaborado la base geo topográfica.
Los antiguos se habían formado una idea aproximada pero bastante correcta del universo. Los griegos fundadores de la astronomía científica se dedicaron a preguntarse sobre su naturaleza, deseando saber sus características, su tamaño, su forma y sobre todo su destino.
Hoy los astrónomos solo reconocen como verosímil esta noción general del universo: el conjunto de astros, nebulosas y todos los cuerpos existentes, así como las leyes físicas, químicas y biológicas conocidas y por descubrir, es decir, el conjunto de todo lo que existe en forma corpórea.
Las antiguas representaciones del universo, que se remontan a los griegos, lo mostraban como una esfera finita para algunos e infinita para otros, una imagen sugerida por la bóveda del cielo, que parece esférica.