Nos enseña el laureado y reconocido psiquiatra español, Dr. Emilio Mira y López, en su libro “Manual de Psicología Jurídica”, siguiendo los pasos de otros eminentes psiquiatras de diversas nacionalidades que entienden que la psiquiatría moderna, como materia de investigación y estudio, ha dejado de ser filosófica para adentrarse, analíticamente, en el campo la subjetividad individual y el entorno de su vida psíquica y sus circunstancias con esas sabias palabras: “Ya no es posible enjuiciar ningún acto del ser humano sin conocer no solo, las circunstancias externas que la determinaron y el estado de quien la ejecutó en aquel momento, sino – lo más importante – sin saber cuál es el tipo de personalidad del actor. Para concluir señalando: “Solamente siguiendo paso a paso (merced a una cuidados biografía obtenido por información social y científica)… “Sin este toda tentativa de enjuiciamiento de su conducta resultará deficiente.”
Viene al caso la cita de este psiquiatra científico acorde con el avance de esta disciplina a propósito de un lamentable y trágico suceso que involucra a la notable atleta olímpica Juana – Nachy- Castillo que destaca el periódico Diario Libre, del día 9 de julio 2020 (pág. 22) con un insólito, atrevido y temerario titular que sin causa ni razón alguna que lo justifique le condena: “Juana Castillo, estrella del Ovalo, mancha su carrera. Se le acusa de ultimar a su pareja”
De la relatora de ese desventurado hecho sangriento, que he leído una y otra vez, antes de este escrito, nada hace presumir ni por asomo que los hechos producidos y su consecuencia pudieran atribuirse a Juana Castillo que aparece más bien como víctima que victimaria y que revela su inocencia y personalidad cuando de vuelta a su hogar con dos de sus hijas, se ve sorprendida con la presencia de su despechado amante que tijera en mano le acosa, le persigue y le ataca en el baño donde va a refugiarse y allí en un forcejeo, en defensa propia, le arrebata la tijera y le hiere en el pecho. Pero no lo deja tendido en el suelo hasta que se desangre, como lo haría un criminal o persona de malos sentimientos, sino que conmovida y apenada por lo ocurrido lo socorre, lo sube a su vehículo, lo lleva al hospital para allí ser socorrido con tan mala suerte de supuestamente mal atendido, finalmente muere.
FUENTE LISTIN DIARIO