Cuando Kamala Harris aceptó oficialmente el miércoles su histórica nominación a la vicepresidencia de Estados Unidos, las mujeres que la inspiraron a la largo de su vida estuvieron muy presentes, al igual que la «familia moderna» que exhibió con orgullo como su gran activo.
En un país donde los cónyuges e hijos ocupan un lugar central en las campañas electorales, esta abogada negra de 55 años, hija de inmigrantes de Jamaica e India, y casada con un judío neoyorquino blanco cuyos dos hijos siente como propios, no marca ninguna casilla tradicional.
Pero en la convención demócrata, en el discurso más trascendental hasta ahora de su vida política, la compañera de fórmula de Joe Biden buscó mostrar un frente unido y amoroso en su vida privada.
Harris, que apuesta a derrotar junto a Biden al presidente Donald Trump el próximo 3 de noviembre, es una aguerrida política acostumbrada a ser pionera: como ex fiscal de San Francisco, como ex fiscal general de California, como senadora y ahora como candidata a vicepresidente.
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FUENTE AFP