La escena en el centro de Washington, DC, fue surrealista. Los vehículos de estilo militar estaban cerrando las principales intersecciones alrededor de la Casa Blanca y sus calles circundantes, mientras miles de personas marchaban desde Lafayette Park hasta Capitol Hill y volvían el miércoles por la tarde. Llevaban máscaras y coreaban el nombre de George Floyd. En el camino, todavía había marcas de coches que fueron incendiados a principios de esta semana. Cientos de restaurantes y otros negocios que ya estaban luchando para operar debido a la pandemia COVID-19 fueron clausurados, protegiéndose de saqueos. Un restaurante, Ollie’s Trolley en la calle 12 y E NW, a cuadras del césped de la Casa Blanca, dejó una pequeña nota en la tabla de madera: «Estamos abiertos.»

        La manifestación fue otra en una semana de protestas, que han estallado en todo Estados Unidos tras la muerte de Floyd, el negro americano de 47 años que se convirtió en un símbolo nacional visto en vídeo jadeando por respirar en sus últimos minutos y suplicando «No puedo respirar» como un policía blanco de Minneapolis arrodillado en su cuello. La visión de manifestantes inundando las calles alimentó una sensación de crisis en Estados Unidos después de semanas de bloqueos debido a la pandemia del coronavirus, que ha visto a millones de personas desempleadas y ha afectado de manera desproporcionada a las comunidades minoritarias.

FUENTE JERUSALEM POST