Otro 1 de mayo con uno de los sueldos mínimos más pobres de la región

Un reciente informe de Oxfam Intermón revela que los salarios de los trabajadores en el mundo, en términos reales, cayeron un 3,19 % en 2022, mientras que los dirigidos a directores ejecutivos aumentaron 9 %. Esta predicción reafirma la caída de 11% interanual advertida por el BCRP sobre el ingreso real promedio de S/1.841 en Lima Metropolitana en el primer trimestre. El documento de Oxfam advierte además que 1.000 millones de trabajadores de 50 países han sufrido un recorte salarial medio de US$685 en 2022 –pérdida conjunta de US$ 746.000 millones en salario real–, frente a lo que habrían ganado «si los salarios se hubieran mantenido al ritmo de la inflación».

Situación que ha sido, por supuesto, advertida no solo por amas de casa y trabajadores precarizados en un mercado dominado por la informalidad laboral (70 % de la PEA), sino por centrales sindicales que en el Día de los Trabajadores marcharon por un nuevo aumento de la remuneración mínima vital (RMV) hacia máximos que puedan compensar la inflación nacional de 8,04% que asedia al mercado.

Así lo entiende la CGTP, que en la víspera pidió que el sueldo mínimo en el Perú suba a S/2.500. Para el exviceministro de Empleo, Fernando Cuadros, esta cifra se aleja desproporcionadamente de los S/1.200 que hoy se podrían haber alcanzado si desde 2007, cuando se aprobó un mecanismo técnico de revisión de la RMV en el Consejo Nacional de Trabajo (CNT), se decretaba y ponía en marcha con una periodicidad anual basada en la fórmula productividad-inflación.

FUENTE LA REPUBLICA

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