¿Son los jugos la respuesta?

Los anuncios comerciales son atractivos; las demostraciones hechas por televisión resultan asombrosas. La juguera zumba convirtiendo montones de frutas o verduras frescas en sabroso jugo.

La preciosa fibra que se encuentra en los 2 1/2 a 3 kilos que se echan a la basura se pierden cuando se hacen jugos.

La gente acostumbrada a las maravillas tecnológicas y al mejoramiento de la salud está dando la bienvenida a otro interesante atajo hacia la buena vida; las jugueras mecánicas para frutas y verduras.¿Son esas jugueras tan eficientes como lo anuncian?

                 Lo son y no lo son. Producen una bebida nutritiva, pero la mayor parte no cumplen las promesas de sus anunciadores.

             Aunque las jugueras entregan un producto bastante abundante en nutrientes, la mayor  parte lo hacen a expensas de la valiosa fibra del alimento. Cinco kilos de verdura producen dos kilos de jugo delicioso. Pero casi toda la preciosa fibra que el cuerpo necesita queda en los 2 ½ a 3 kilos de pulpa que se echan a la basura.

           Ese método de procesamiento de la verdura recuerda los molinos de hace 100 años que comenzaron a eliminar el afecho y el germen (fibra y nutrientes) de los cereales dejando residuos con poca fibra y nutrientes como la harina blanca y el arroz blanco. Lamentablemente estos alimentos continúan siendo la comida principal de una buena parte de la población mundial.

             ¿Qué es la fibra?

                        La fibra es el soporte de las plantas. Debido a que pasa por el intestino sin ser absorbida por la sangre, por mucho tiempo se pensó que carecía de valor. La eliminación de la fibra aumentó  el valor calórico del alimento y la eficacia y rapidez con que era absorbido y pasaba a la sangre. También prolongaba la duración en los estantes del mercado.

¿Qué hace la fibra?

          La fibra controla muchos procesos orgánicos diferentes.

  • La fibra insoluble absorbe y retiene agua, de 4 a 6 veces su propio volumen, con lo que forma una masa esponjosa en el estómago y los intestinos. ¿Cuál es el resultado? Se produce una sensación de plenitud mucho antes que con los alimentos de poca fibra, lo cual contribuye a proteger contra el deseo de seguir comiendo con el consiguiente aumento de peso.
  • Las masas de fibra, actuando como esponjas, llenan el intestino más completamente y lo estimulan. En lugar de permanecer ociosas en montones compactos, como el caso de los alimentos con poca fibra, pasan por el intestino con más rapidez y es evacuada durante un lapso de 24 a 36 horas.
  • Debido al menor tiempo de tránsito por el intestino hay menos putrefacción (descomposición de las materias orgánicas) en los intestinos. Hay menos tiempo para el contacto con los carcinógenos y otros productos de desechos irritadores de las paredes intestinales. La fibra también provee aislamiento contra los residuos perjudiciales de los alimentos.
  • La fibra también disminuye la rapidez con que los nutrientes entran en la sangre, lo cual disminuye las variaciones de azúcar en la sangre y provee energía más pareja durante todo el día.  El azúcar de la sangre estabilizada alivia la mayor parte de la hipoglucemia (bajo nivel de azúcar en la sangre) y contribuye al control  de la diabetes (nivel elevado de azúcar en la sangre).
  • La fibra soluble, por otra parte, contribuye a bajar el nivel de colesterol en la sangre. Lo hace fijándose en los subproductos del colesterol y arrastrándolo fuera del intestino antes que el cuerpo pueda reabsorberlos.

¿Dónde se encuentra esta fibra maravillosa?

          La fibra aumenta en todos los alimentos vegetales no refinados. Como una variedad de frutas, cereales integrales, verduras, legumbres (frijoles, lentejas, garbanzos, etc.) asegura una abundante provisión de una abundante provisión de las diversas clases de fibra que el cuerpo necesita.

FUENTE VIDA DINAMICA