En la cama se pone de manifiesto numerosos problemas que han surgido en otros momentos de la relación conyugal.
Una mujer puede sentirse totalmente controlada por su marido, e incapaz de tomar decisiones o de actuar por cuenta propia. Como resultado su dignidad personal se ve menoscabada. Debido a eso rechaza sus insinuaciones eróticas e inventa una excusa tras otra.
Tal vez no se percata de que con eso intenta “ganar” en algo, para controlar aunque no sea más que una parcela de su vida.
La falta de participación sexual puede ser un recurso no verbal para castigarse recíprocamente o para expresar enojo.
Un 20% de los encuestados admitió abstenerse de los privilegios sexuales como castigo. Se trata en el fondo de una “lucha por el poder”. Los sentimientos de hostilidad pueden expresarse encerrándose en una habitación, volviendo la espalda, haciendo gesto de desprecio o alejándose lo más posible del otro cónyuge.
A veces un hombre somete a su esposa a la violencia verbal llamándola: “Estúpida”, “Incompetente”, “Gordiflona”.
Estos ataques pueden tener el propósito de disimular algunos episodios de impotencia padecidos recientemente.
No hay que guardárselo
El varón impotente o la esposa frígida normalmente acumulan una gran cantidad de irritación contra su cónyuge. Su hostilidad se ha ido acumulando a lo largo de los años.
Imposibilitados para expresar directamente su enojo, se desquitan siendo incapaces de culminar las relaciones sexuales.
FUENTE SIN RESERVAS. EL ARTE DE COMUNICARSE
