A los militares rusos nunca les faltan las grandes predicciones sobre las capacidades de sus nuevos diseños de equipos. Pero la realidad a menudo no se ajusta a las expectativas. De hecho, cuando aparecieron por primera vez las primeras imágenes y vídeos del Okhotnik-B (“Hunter-B”) de S-70 Sukhoi tras su vuelo inaugural en agosto de 2019, el dron furtivo ruso no parecía muy sigiloso en absoluto: sufría varios fallos de diseño.
Más tarde lanzaron un nuevo prototipo, y el dron tenía varias mejoras, incluyendo una configuración de boquilla más sigilosa para el escape – añadiendo una cubierta extendida tanto por encima como por debajo – que está diseñada para proteger sus firmas infrarrojas y de radar de los radares enemigos. El borde de ataque del diseño del ala volante del avión está recubierto con materiales que absorben el radar y un acabado más suave. Tiene menos costuras y fijaciones metálicas expuestas que prevalecen en otros diseños rusos.
La agencia de prensa estatal rusa TASS citó a Sergey Chemezov, jefe de la corporación tecnológica estatal Rostec, diciendo que la producción del vehículo aéreo de combate no tripulado comenzará pronto. “El primer prototipo volador se puso en marcha en 2021, y comenzaremos a producirlo en serie y a entregarlo al Ministerio de Defensa en 2023”, dijo Chemezov al parecer al presidente ruso Vladimir Putin.
El S-70 es grande para un avión no tripulado, pesa 20 toneladas, tiene una envergadura de 17,6 metros y una longitud de 13,6 metros. Tiene el mismo motor turbofan AL-41F que el caza de quinta generación Su-57. Se afirma que su autonomía de combate es de 2.500 millas, con una velocidad máxima de 621 millas por hora.
El fuselaje del S-70 tiene dos bahías internas, con capacidad para más de dos toneladas de armas o equipo especializado.
FUENTE NOTICIAS DE ISRAEL